Un thriller argentino que pone sobre la mesa una historia oscura, enrevesada y que nos avasalla con incógnitas y personajes fríos, misteriosos y en ocasiones vacíos de alma.
- Título: La ira de dios
- Dirección: Sebastián Schindel
- Duración: 1h 37m
- Género: Thriller
- País de origen: Argentina
- Enlace IMDB: PRESIONE AQUÍ
Netflix ha estado poniendo el ojo en el mercado latinoamericano y especialmente argentino en la producción de sus nuevas obras. Tal como vimos en Granizo o Crímenes de familia la premisa es generar material con un componente humano local, pero intentando descontextualizar y quitar todo lo referente a la identidad nacional, cosa que no condiciona a la calidad del largometraje, pero que busca igualar su contenido de cara a romper barreras en el público global.
Esta estrategia no es propia de nuestro país, ya que, si profundizamos en los repetitivos e irrelevantes títulos que encabezan los rankings de vistas, veremos la misma película en distinta locación. Sebastián Schindel ya había estado a cargo de otra producción de la plataforma, Crímenes de familia, y si hay algo que debemos valorar en su trabajo además del logrado acabado técnico es como sortea esta problemática con historias entretenidas, trabajadas y ciertamente distintivas.
La ira de dios nos pone del lado de Luciana B (Macarena Achaga), una asistente de Kloster (Diego Peretti) que es uno de los escritores más exitosos del país, por lo que vemos en su estatus económico. Ella renuncia y luego de una disputa legal con el novelista enfrenta las misteriosas muertes de sus seres queridos. Entre estos hechos hay más situaciones que prefiero no spoilear pero que nutren la narrativa con simbolismos y diálogos que la transforman en algo más caótico y atrapante.
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La mencionada simbología, las significaciones y las pequeñas pistas que nos llevan a descifrar el misterio resultan satisfactorias, pero pueden agobiar o perder al espectador con la apertura de tantos caminos. De todas formas, la exploración del individuo, de las consecuencias, la venganza y la dicotomía del bien y el mal se presenta y nos resultará una discusión necesaria para comprender o posicionarnos ante lo que estamos viendo.
Esta fortaleza también puede ser una desventaja, ya que propone más inmersión al espectador de lo que puede observar, basando la historia en suposiciones por sobre las percepciones. A pesar de estar basada en una novela de Guillermo Martínez (La muerte lenta de Luciana B), su ritmo no es creíble, su atmosfera peca de recursos fáciles como las lluvias/tormentas o malogrados momentos de drama trágico y los saltos en el tiempo hacen confusos los hechos.
Los tres actores principales son eficaces a la fórmula. Tanto su trabajo como el prestigio que traen respaldan a personajes planos, sin sentimientos, oscuros y estereotipados, que sin ellos serían el aspecto más negativo del filme. Esto solo genera que nos apenemos aún más por lo que podría haber salido de nombres tan relevantes para la industria cinematográfica argentina.
Conclusión: Una película entretenida, cuyo misterio y guion sobresalen a pesar de sus huecos. Grandes actores, ni una pizca de argentinidad y que, en comparación con otras grandes producciones nacionales del 2022, tiene con que sostenerse.
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